Escuchar Gago y venirte a la cabeza la figura del 5
argentino es inevitable. Triunfó en Boca y llegó a Madrid,con la vitola del nuevo
Redondo como centrocampista capaz de realizar todas las funciones de un
mediocentro que se precie. Jugó en sus primeras temporadas,pero no caló entre la
afición blanca.
Después de unas temporadas en el ostracismo y una cesión
poco fructífera en la Roma, aterrizaba en Valencia buscando ser el heredero de
David Albelda. En una operación en la que también llegó Canales, el club che
se hacia con dos jugadores de calidad contrastada.
Las dudas a causa de su papel en el final de su etapa
madridista, se disiparon al volver de su lesión. Gago era el inicio de todas las
jugadas de ataque del Valencia, él subía la línea de presión, incluso se atrevía a llegar a puerta con relativa frecuencia, consiguiendo así ser el eje fundamental en el juego que quería Pellegrino.
Por desgracia fue un espejismo, los partidos donde demostraba una
notable indolencia comenzaron a tomar protagonismo, con perdidas de
balón imperdonables, empezaron a provocar
preocupación en Mestalla.
Rumores de que su único amigo en el
vestuario era su compatriota Banega y su pelea con Feghouli (hecha pública por
Pellegrino) incrementaron ese estado de preocupación alrededor de su figura.
La destitución de Mauricio, después de
las goleadas recibidas ante Malaga y Real Sociedad, hicieron que el argentino
explotara y comenzaron a aparecer comentarios despectivos hacia el
club.
De nuevo una lesión ,su viaje a
Argentina y las palabras de su agente anunciando las ganas que tiene Fernando
Gago de volver a Boca, parecen poner fin al periplo del ex xeneize en Europa.
Ahora mismo solo lo podemos definir como un proyecto de futbolista,cuyo valor
sólo se conserva en Argentina ¿Será el fin de su carrera en
Europa?
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